primera observación de un agujero negro

Fecha: 01 de Mayo de 2019

Edición: Mayo 2019 No. 19

Se ha mostrado la primera imagen de un agujero negro. Esto se logró utilizando una red mundial de telescopios llamada “Event Horizon Telescope Collaboration” (EHT). De este modo se capturó la imagen de un agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la galaxia Messier 87 localizada a 55 millones de años luz de la tierra y con una masa de 6,500 millones de veces la masa del Sol.

Sabemos que los científicos usan diferentes conceptos para interpretar qué es precisamente un agujero negro. El Dr. E. Curiel, investigador de las Universidades de Harvard en Estados Unidos y de Munich en Alemania, en su artículo “The many definitions of a black hole” (las variadas definiciones de un agujero negro) publicado en la prestigiada revista Nature Astronomy, 2019; 3 (1) discute este asunto. Uno de los aspectos más interesantes del trabajo del Dr. Curiel es su énfasis en el hecho de que un agujero negro es un concepto o entidad que se consideró inaccesible a la observación y a la experimentación. Al menos no del mismo modo en que, por ejemplo, una polea lo es. Todo trabajo en este tema supone de antemano que los agujeros negros existen y es inevitable cierto grado de especulación dentro del campo de la física teórica. Esto a su vez tiene el problema de que cada científico aborda el tema de los agujeros negros desde su particular especialidad o subdisciplina de la física como la óptica, la física cuántica y desde luego, la astrofísica, utilizando el lenguaje y conceptos de su área teórica específica. Esto es de acuerdo al Dr. Curiel lo que hace a la investigación en agujeros negros fascinante; la interrelación de lenguajes particulares para abordar aristas científicas, metafísicas y metodológicas.

Sabemos que un agujero negro es una región de espacio-tiempo con tan intensos campos gravitacionales que nada, incluyendo partículas y radiación electromagnética, puede escapar de allí. La teoría general de la relatividad de Albert Einstein publicada en 1915 predice que una masa suficientemente grande puede deformar el espacio-tiempo y formar un agujero negro. La región límite a partir de la cual nada puede escapar se llama “horizonte de eventos” y es en esta región en donde se emite la llamada “radiación de Hawking”. Un año después de que Einstein publica su teoría de la relatividad Karl Schwarzschild en 1916 encontró soluciones a las ecuaciones de Einstein describiendo los agujeros negros. En su momento se consideró que solo era una curiosidad matemática sin embargo el descubrimiento de las estrellas de neutrones a finales de la década de los sesentas despertó el interés por el estudio de objetos compactos colapsados sugiriendo que los agujeros negros no eran solamente una curiosidad matemática sino también una posibilidad astrofísica real. La teoría predice que después de que un agujero negro se forma sigue creciendo a partir de la masa que absorbe de los objetos que se encuentran en su alrededor. Se sabe que en el centro de cada galaxia hay un agujero negro supermasivo. A pesar de que su interior es invisible la existencia de un agujero negro puede inferirse a partir de su interacción con objetos cercanos, de hecho la materia que cae en un agujero negro es acelerada y calentada, emitiendo por tanto radiación y formando unos de los objetos más brillantes del universo. Gracias al trabajo de colaboración astronómica mundial, tenemos ahora por primera vez la oportunidad de observar un agujero negro.

Referencias
1. Nature Astronomy, 2019, (3) 1
2. Periódico AM, Febrero 16, 2019